2.9.12

3. Monumento a la mujer



"Monumento a la mujer" 16 x 8 x 8 cm. (aprox) Talla en escayola. 2011


El cuerpo de una mujer es maravilloso:


Todo cuerpo es bello,

todo cuerpo es natural, está vivo: se crea, crece, mejora y envejece. No hay nada mejor que una persona acorde y feliz con su cuerpo.  Cuando la seguridad y el conocimiento de sus puntos fuertes derivan a un atractivo irresistible para cualquiera. Como cuando sales a gustar, con confianza en ti misma/o. Como cuando encuentras la felicidad y el amor con otra persona más allá del físico.


En términos estéticos,

la curva es primordial, en ella recae todo disfrute visual. La sinuosidad, el ritmo suave y continuo que toman las líneas. Del contorno del cuerpo se crean composiciones visuales únicas. Invita a la lujuria, al arte y es inspirador.


Como esculpido por Dioses, es un acercamiento a la definición última de belleza,

un mundo en el que perderse con gusto. Zona de contacto con el ser, con tu ser, con los demás seres, vivos. Paisajes de tersa y suave piel, lomas de fresca hierba y ardiente lava, de rincones secretos y místicos. Palpitantes senos, montículos del perdón; muslos de tierra, nalgas de arcilla; caderas de infarto, inconmensurables vientres… Lugares por los que transcurrir indefinidamente, paraje de los sentidos.



Las mujeres sois increíbles:


Madres por naturaleza,

son las primeras en dar amor a una nueva vida: la esencia del amor por el prójimo. Especialistas en el amor incondicional, en amar incondicionalmente. En ser pacientes y comprensibles, en escuchar y querer hablar. En demandantes de cariño y en distribuidoras de besos y abrazos. En insinuar, provocar y en hablar sin palabras. Son las que te cuidan hasta que por tus propios medios puedes avanzar y después de ello, y a pesar de todo, siguen contigo hasta el final.


Las parejas con las que compartir vivencias,

aquella “media naranja” que a veces se encuentra. Compañera perfecta de aventuras inciertas pero irremplazables. Aquella con la que no hay secretos y con  la que resulta más fácil alcanzar tus metas. Amiga con la que encajas de manera única y con la que parece que no necesitas más que su compañía para estar completo. La mujer que te muestra los límites del amor que hay en ti.


El equilibrio del mundo,

la otra cara de esa moneda a veces fría, plana y de dudable valor como es la vida. Una  vía de escape de la crueldad de este mundo, y muy probablemente la solución de los males de este mismo. La clave que se encuentra en su esencia podría ser la cerradura que aún no hemos querido abrir… que aún no se ha explotado en su fin. Cuando las almas de los hombres y las mujeres, no corruptas, pesen por igual sobre este mundo; cuando el  verdadero valor deje de estar ligado a una falsa superioridad; cuando el amor gobierne sobre el mundo…


¡A las mujeres!

¡A las presentes, pasadas y futuras madres de familia!  ¡A las hermanas, primas, tías y abuelas! ¡A las amigas y confidentes! ¡A las compañeras de toda una vida! A todas ellas, gracias.




REFERENTES ARTÍSTICOS:
Me veo en la obligación de hacer mención en esta publicación de los dos artistas que han inspirado en mayor medida la realización de esta obra. Sin duda alguna son de los creadores que mas valoro a nivel personal en cuanto a su producción y su trayectoria artística. La definición que haré de algunas de sus series (las más cercanas a este Monumento a la mujer) no serán ni mucho menos académicas. Intentaré describirlas de la mejor manera posible teniendo en cuenta mis limitados conocimientos artísticos y, aviso, desde una perspectiva subjetiva.

Yves Klein y sus Anthropométries de l'époque bleue (sus últimos años de creación) consistían en breves performances en las que, por lo general, un grupo de mujeres cubrían sus cuerpos de un azul (que anecdóticamente había inventado y patentado el mismo Klein) y estas imprimían sus cuerpos sobre grandes lienzos al ritmo de una orquesta que interpretaba una pieza de una sola nota en suspenso. El artista ya había trabajado años anteriores con ese color realizando obras pictóricas monocromas de pigmento puro de forma seriada. Tuvieron lugar varias y variadas actuaciones de estas Antropometrias y hoy día resta algún vídeo y los grandes lienzos pintados con los cuerpos de mujeres a modo de pinceles con vida propia.
Creo que la presencia de la mujer nunca fue tan acertada en los mundos del arte hasta el momento (teniendo en cuenta que hablamos de los años 60 en Francia) como en este tipo de obras. Siguiendo con la actualmente cuestionada presencia del cuerpo femenino en la pintura clásica, fue otra manera de hacer vivo el arte, dotarlo de vida propia, y ¿qué mejor que la mujer como medio para acercarnos a esos campos de incógnitas sin respuestas, misticismo y espiritualidad al que intentamos acercarnos mediante la creación y la interpretación artística? 

Anish Kapoor y sus esculturas abstractas impregnadas en en pigmento. En este caso no guarda demasiada relación con la obra pero si hace uso de la misma técnica que he querido simular en mi pieza: la materialidad del pigmento comparte protagonismo con la forma de la obra. En su obra además se hace presente un marcado distanciamiento para dotar de significado propio a la obra, un significado que debido a su abstracción es tan amplio y libre que mediante la forma y el color casi nos permite bordear los límites de lo real.
Considerado uno de los grandes de la New British Sculpture, algunas de las obras de este escultor están abriendo puertas que hasta ahora no se habían abierto. En el caso de sus esculturas públicas acercan al espectador a un estado de contemplación a los que resultaría imposible alcanzar de otro modo. Una manera de recordar al observador que siempre hay alternativa, que no todo es tal y como nos lo quieren enseñar unos pocos. Que las respuestas muchas veces están más allá de lo evidente y soy partidario de pensar que vale más buscar preguntas por resolver que respuestas con las que contentarse. Una interesante frase suya que bien podría definir su obra: "Lo material de alguna manera siempre nos lleva a algo inmaterial".